Cada vez encontramos más conflictos en nuestro entorno educativo, no sólo en nuestras aulas, sino en recreos, excursiones, salidas, otras actividades complementarias... Si a esto le sumamos los malos entendidos, errores de interpretación, tonos inadecuados de comunicación, expresión corporal ofensiva... y sumándole las interpretaciones de las familias con sus respectivas emociones (y situaciones emocionales que vienen de casa, del parque o de otras actividades ajenas al conexto escolar), las situaciones pueden convertirse en insostenibles y difíciles de controlar, con resultados poco satisfactorios.
Tenemos que tener en cuenta una máxima:
TODAS LAS PARTES IMPLICADAS TIENEN SU RAZÓN.
Es en el tono o en las formas de expresar las situaciones cuando se pierde la razón. Por eso se hace necesaria la intervención de equipos de mediación, o una persona que haga de mediador o mediadora, pues ayuda a solventar cualquier conflicto.
Dejemos de acumular emociones y sentimientos negativos;
porque van contra de los que tenemos alrededor,
pero sobre todo van EN NUESTRA CONTRA.
Los conflictos son momentos ideales de aprendizaje, pero tienen que estar bien gestionados, para que poco a poco todos naveguemos en la misma dirección.
Cada día surgen nuevos conflictos, y son muchos (la convivencia es una de las cosas que atrae, diferentes personalidades, diferencias de opiniones y de intereses...); es necesario tratar todos los conflictos que podamos (si son todos mejor), tenemos que evitar que queden conflictos sin resolver, pues las emociones sin expresar se quedan dentro de la/s persona/a implicada/s, pudiendo ocasionar otros trastornos físicos, psicológicos, emocionales, psicosomáticos... (esto es tanto en niños como en adultos).
Es imprescindible la colaboración familiar, un banco con 3 patas no se puede sostener, necesitamos una tercera pata:
El Método para una gestión adecuada de emociones que propongo, es una medida de Resolución óptima de Conflictos, que ha sido puesto en práctica en dos centros públicos de Asturias, y funcionando con excelentes resultados desde el año 2015. Ya ha reparado cientos de conflictos y situaciones emocionales fuera de control en niños y niñas de infantil y primaria. Es un método que funciona, pero insisto, necesita que todos y todas trabajemos en la misma dirección, y que haya una implantación sistemática y progresiva.
Es un método muy sencillo de utilizar y muy fácil de aplicar en el centro educativo.
Encontramos dos partes, El MÉTODO y la FORMA, ambos inseparables, tienen que ir de la mano. Expuesto de una manera más definida:
De esta forma he realizado una propuesta de aplicación en un centro educativo, desde infantil, pues los niños necesitan gestionar sus emociones y por tanto sentimientos de forma adecuada, desde que entran en un entorno educativo hasta que promociona a la siguiente etapa. Tenemos que acompañarles en todo momento, no podemos dejarles solos...
Otras entradas en este Blog ayudan a esclarecer esta forma de proceder (Método de resolución de conflictos; la violencia como un aprendizaje desde la infancia; El deporte, la competición y el juego; ...)
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