Al hablar de aprendizaje, también encontraremos innumerables marcos teóricos, cuyos autores desarrollaron sus hipótesis a lo largo de diferentes periodos históricos y contextos socioculturales. Por tanto, me ceñiré al significado del término en sí.
Aprendizaje según Wikipedia es: “el proceso a través del cual se adquieren o modifican habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación”.
En el caso de los juegos, el aprendizaje se adquiere por la experiencia, la observación, el razonamiento y la instrucción, pero es el niño quien lo adquiere; nosotros debemos limitarnos a dirigirle y acompañarle. Para que el aprendizaje se produzca, se deben dar simultáneamente dos procesos cognitivos básicos: atención y motivación.
El niño tiene que querer/desear el aprendizaje, de ahí la importancia de la motivación, descrita como la energía que pone los engranajes del aprendizaje en marcha, y que hará que el niño mantenga la atención para procesar la información y no pierda detalle de lo que se le muestra.
Por mucha que sea nuestra motivación y empeño en la enseñanza, si el niño no tiene interés o presta atención, la enseñanza se hace muy cuesta arriba. Un ejemplo comparable e ilustrativo sería, tratar de hacer comer a alguien que no tiene hambre. El niño terminará finalmente comiendo porque le obligamos, mas le resultará indigesto y, a largo o medio plazo, rechazará ese alimento y a quien se lo impuso.
por eso el educador tiene que convencer, nunca obligar.
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